lunes, 14 de marzo de 2016

Episodio V: Tus ojos pueden engañarte. No confíes en ellos

Llegó el nuevo milenio!!! No se destruyó el mundo,  los ordenadores siguieron funcionando y los cajeros automáticos te daban tu dinero sin mayor problema. Aparentemente nada había cambiado pero la sensación de cambiar de milenio siempre es rara.
 
 
 
Y quizá por esa ola de modernización, con el euro pululando, la UE, etc etc, sentí que mi momento de cambio había llegado.
 
 

Llevaba poco tiempo trabajando pero tenía buena relación con un compañero cuya mujer trabajaba en Porsamadrid (Porsche &  Saab). Quizá fuera ese el nexo que nos unió ya que ambas marcas a mi siempre me habían llamado la atención desde pequeño o la gran afición atlética que también compartimos, la cuestión es que no tardamos en congeniar y de su mano aterricé en las fantásticas "jornadas de puertas abiertas Saab" (a las de Porsche prefería no ir para evitar mi sufrimiento).
 
Aquello era maravilloso,  qué instalaciones, qué trato al cliente, qué coches tan bonitos y con tanta personalidad!!  Allí descubrí, hace ahora 15 años, lo que serían los concesionarios del futuro (o de hoy en dia): entregabas un coche a revisión, te clavaban tu factura, pero pasabas tu ratito allí esperando con todas las comodidades en una sala Chill-out de la que daba pena irse.
 
La cuestión es que,  como todos aquellos que me conocen saben,  cuando se me mete algo en la cabeza no paro y me propuse tener uno de esos coches tan chulos. 
 
 
En aquel entonces los 900 pre-gm  no eran valorados (o al menos yo no lo percibía) y fijé mis esfuerzos en los primeros 9-3. Y tras dar la matraca,  un día mi amigo me comentó: "Juanan, jornada de puertas abiertas, venden coches de dirección", y allá que fui.
 
Los Saab,  esos que ahora casi se regalan,  valían un dineral en su época y tuve que acceder al que buenamente pude: no era un 9-3 Viggen, no era un 9-3 Aero,  no ni tenía cuero.. !Era un Saab de abuelo!! Un 9-3 Tid SE de 115 cv, verde botella,  cuatro puertas y tapicería de maravilloso velour.
 
Algunos, que acostumbraban a verme con mi Clio o mi 19 se sorprendieron con mi última adquisición y solo unos pocos lo apreciaron.  Era un coche para mí bonito,  cómodo, seguro y superior a todo lo conducido antes. 
 
Además fue mi primer diésel! 
 
 
 
 
 
 
 
Solo el panel de instrumentos orientado al conductor y "apagable", el equipo de sonido y el ya nombrado Velour merecían la pena. 
 
Pero resultó que me duró poco.  Comprado en Agosto de 2000 resultó que en Mayo de 2001, imagino que aprovechando el puente del día 2, realizando una visita al Hayedo de Tejera Negarlo lo estampé en la campiña de la Guadalajara profunda. Como dije en el capítulo III casi nunca es el coche el que provoca un accidente sino el personaje que lo conduce.
 
Imagen real vértebras Juanan
Tanto Clio,  tanta válvula,  tantas advertencias!!.. Y voy con 27 años y un coche diésel "de abuelo", pierdo el control  por ir despistado en una pista forestal (a 50 kms/h) y acabo volcado lateralmente dejando el coche hecho un cristo contra las laderas de pizarra de la zona.

Esto era el fin.  Chasis descuadrado,  necesita bancada,  meses de arreglos y 1.800.000 pelas de la época que no sé cómo pero pagó el seguro. No aconsejo tener complicaciones con coches en pistas forestales o campos: los seguros no acceden a sacarte el coche si no está en lugar asfaltado.  Id buscando un paisano con tractor o similar.  En mi caso,  otro compañero de trabajo era del pueblo más cercano y me echó el cable (nunca mejor dicho).
 
Y cuando todo parecía perdido,  voy a Porsamadrid y me dicen que ellos se quedan el coche tal cual si lo entrego para la compra de uno nuevo, concretamente una oferta para un stock de una serie especial 25 aniversario de los Turbo.
 
Suerte????


Si quieres ver más capítulos:

Episodio I: En una galaxia muy muy lejana.

Episodio II: El despertar de la fuerza

Episodio III: ¿Quién es más loco: el loco o el loco que sigue al loco?

Episodio IV: Poderoso soy por la Fuerza, pero no tanto.

Episodio VI: Una nueva esperanza

Episodio VII: Un arma noble para tiempos más civilizados

Episodio VIII: Sin duda, maravillosa la mente de un niño es

Episodio IX: Nuestro encuentro no fue una coincidencia. Nada ocurre por accidente

Episodio X: No se ofusque con este terror tecnológico que ha construido

Episodio XI: Cuando se apuesta, a la larga, siempre se pierde



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario! Saludos